Al principio el arte del puzzle parece un arte breve, un arte de poca identidad. No es una suma de elementos que haya que aislar y analizar primero, sino un conjunto, es decir una forma, una estructura: el elemento no preexite al conjunto, no es ni mas inmediato ni mas antiguo, no son los elementos los que determinan el conjunto, sino el conjunto el que determina los elementos: el conocimiento del todo y de sus leyes, del conjunto y su estructura , no se puede deducir del conocimiento separado de las partes que lo componen: esto significa que podemos estar mirando una pieza de un puzzle 3 dïas seguidos y creer que lo sabemos todo de su configuración y su color, sin haber progresado lo mas mínimo: solo cuenta la posibilidad de relacionar esta pieza con otras y, en este sentido, hay algo en común entre el arte del puzzle y el arte del go: solo las piezas que se hayan juntado cobrarán un carácter legible, cobrarán un sentido: considerada aisladamente, una pieza de un puzzle no quiere decir nada; es tan solo pregunta imposible, reto opaco; pero no bien logramos, tras varios minutos, tras varios minutos de pruebas y errores, o en medio segundo prodigiosamente inspirado, conectarla con una de sus vecinas, desaparece, deja de existir como pieza: la intensa dificultad que precedió aquel aquel acontecimiento, y que la palabra puzzle ( enigma) expresa tan bien en inglés no solo no tiene ya razón de ser, sino que parece no haberla tenido nunca, hasta tal punto se ha hecho evidencia: las dos piezas milagrosamente reunidas ya sólo son una, a su vez fuente de error, de duda, de desazón y de espera.
De todo ello se deduce lo que, sin duda, constituya la verdad última del puzzle: a pesar de las apariencias, no se trata de un juego solitario: cada gesto que hace el jugador de puzzle ha sido hecho antes por el creador del mismo; cada pieza que coge y vuelve a coger, que examina, que acaricia, cada combinación que prueba y vuelve a probar de nuevo, cada tanteo cada intuición cada esperanza, cada desilusión han sido decididos, calculados, estudiados por el otro.

-“La vida instrucciones de uso”-
George Perec –Escritor Frances1936-1982-

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