Muchas Ganas
Junio 2008

De Leónidas Spinelli y Federico Sposato

Parte 1



Parte2

Dice Herman Hesse (1) En su obra el Lobo estepario acerca del artista “ Hay bastantes personas de índole parecida a como era harry; muchos artistas principalmente pertenecen a esta especie. Estos hombres tienen todo dentro de si dos almas, dos naturalezas; en ellos existe lo divino y lo demoniaco, la sangre materna y paterna, la capacidad de ventura y la capacidad de sufrimiento, tan hostiles y confusos lo uno junto y dentro de otro, como estaban en Harry el lobo y el hombre. Y estas personas, cuya existencia es muy agitada, viven a veces en sus raros momentos de felicidad , algo tan fuerte y tan increíblemente hermoso, la espuma de la dicha momentánea salta con frecuencia tan alta y deslumbrante por encima del mar del sufrimiento, todas aquellas obras de arte en las cuales un solo hombre atormentado se eleva por un momento tan alto sobre su propio destino, que su dicha luce como una estrella, y todos aquellos que la ven les parece algo eterno y como su propio sueño de felicidad. Todos estos hombres, llamense como se quieran sus hechos y sus obras, no tienen realmente, por lo general, una verdadera vida; es decir, su vida no es ninguna esencia , no tiene forma, no son héroes o artistas pensadores a la manera como otros son jueces, médicos, zapateros o maestros, sino que su existencia es un movimiento y un flujo y reflujo eternos y penosos, está infeliz y dolorosamente desgarrada, es terrible y no tiene sentido, si no se está dispuesto a ver dicho sentido precisamente en aquellos escasos sucesos, hechos ideas y obras que irradian por encima del caos de una vida así.
Entre los hombres de esta especie ha surgido el pensamiento peligroso y horrible de que acaso toda la vida humana no sea sino un tremendo error, un aborto violento y desgraciado de la madre universal, un ensayo salvaje y horriblemente desafortunado de la naturaleza. Pero también entre ellos es donde ha surgido la otra idea de que el hombre acaso no sea solo u animal medio razonable, sino u hijo de los dioses y destinado a la inmortalidad.”

(1)Hermann Hesse:escritor aleman (1877-1962)

Al principio el arte del puzzle parece un arte breve, un arte de poca identidad. No es una suma de elementos que haya que aislar y analizar primero, sino un conjunto, es decir una forma, una estructura: el elemento no preexite al conjunto, no es ni mas inmediato ni mas antiguo, no son los elementos los que determinan el conjunto, sino el conjunto el que determina los elementos: el conocimiento del todo y de sus leyes, del conjunto y su estructura , no se puede deducir del conocimiento separado de las partes que lo componen: esto significa que podemos estar mirando una pieza de un puzzle 3 dïas seguidos y creer que lo sabemos todo de su configuración y su color, sin haber progresado lo mas mínimo: solo cuenta la posibilidad de relacionar esta pieza con otras y, en este sentido, hay algo en común entre el arte del puzzle y el arte del go: solo las piezas que se hayan juntado cobrarán un carácter legible, cobrarán un sentido: considerada aisladamente, una pieza de un puzzle no quiere decir nada; es tan solo pregunta imposible, reto opaco; pero no bien logramos, tras varios minutos, tras varios minutos de pruebas y errores, o en medio segundo prodigiosamente inspirado, conectarla con una de sus vecinas, desaparece, deja de existir como pieza: la intensa dificultad que precedió aquel aquel acontecimiento, y que la palabra puzzle ( enigma) expresa tan bien en inglés no solo no tiene ya razón de ser, sino que parece no haberla tenido nunca, hasta tal punto se ha hecho evidencia: las dos piezas milagrosamente reunidas ya sólo son una, a su vez fuente de error, de duda, de desazón y de espera.
De todo ello se deduce lo que, sin duda, constituya la verdad última del puzzle: a pesar de las apariencias, no se trata de un juego solitario: cada gesto que hace el jugador de puzzle ha sido hecho antes por el creador del mismo; cada pieza que coge y vuelve a coger, que examina, que acaricia, cada combinación que prueba y vuelve a probar de nuevo, cada tanteo cada intuición cada esperanza, cada desilusión han sido decididos, calculados, estudiados por el otro.

-“La vida instrucciones de uso”-
George Perec –Escritor Frances1936-1982-

Miro pero ¿veo lo que creo ver? Una confusión me mantiene alerta, los sentidos se alborotan, mis ojos van mas rápido que mi cabeza, y mi piel se eriza, sin saber porque. Mis oídos generan una música que me estremece pero que me agrada. Siento la lluvia en mi cara y el sol calienta mi alma. Primero siento, entiendo pero no comprendo Hay algo que me perturba. Sin embargo me siento en paz. Ya veo lo eso que creo ver, y se que es arte.


 

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